miércoles, 30 de diciembre de 2009

Sölden - Skigebiet (1.377 m. - 3.250 m.), del 13 al 20 de Febrero de 2.010. PREPARATIVOS



Decidido cómo vamos, en coche., saldremos esta noche (viernes12) a la hora de cenar para llegar a dormir, no más tarde de las dos, a La Jonquera. Así mañana nos habremos quitado, con algo de sueño eso si, 400 km. Sin madrugar excesivamente, no tenemos que tener problema para llegar a Sölden a cenar.

Las razones; que vuelos desde Barcelona, suponen ir hasta allí, alquilar un coche en Stuttgart/Frankfurt/Innsbruk y tampoco se gana mucho tiempo... Desde Zaragoza con Ryan Air hay vuelo a Bergamo, que dista lo mismo de Sölden que desde Stuttgart, pero no están a muy buen precio los billetes y como llega a última hora de la tarde a Bergamo, tendríamos que hacer noche allí, además de también alquilar coche para llegar a Sölden.

Son unas 16 horas de viaje, vamos dos conductores por coche. Suponen unas 8 horas por conductor, que no es tanto. El viaje es bonito y la opción es la más económica. Adjunto podeis ver el itinerario que seguiremos: SPÑ-FRN-SWZ-LIE-AUS, más de 3.000 km ida y vuelta! No parece que las carreteras vayan a estar mal y mañana dan mejor tiempo. Esperemos que no cambie.

Creo que lo haremos, en función de cómo vayamos también, pero en cuatro etapas parando en la frontera, al pasar Grenoble y antes de llegar a Sölden, al pasar Berna.
















lunes, 14 de diciembre de 2009

Candanchú, 11 de Diciembre de 2.009

Hola! Este pasado sábado estrenamos la temporada de esquí. No era la mejor nieve, hacía frío y la estación tampoco estaba al 100%, pero hubo varios factores que hicieron que el día fuera estupendo.

La estación de Candanchú, al igual que la de Astún, los últimos años se ha visto relegada a un segundo plano por los esquiadores de Jaca y alrededores que prefieren, por lo general, el mayor número de kilómetros esquiables y modernidad de las instalaciones de Formigal. Es cierto, la estación del valle de Tena es la referente del esquí oscense junto a Cerler, pero las estaciones del valle del Aragón también presentan ventajas: están más cerca de Jaca, no hay apenas gente esquiando y, mucho menos, colas, son más familiares y el paisaje, en mi opinión, más bonito.

Así pues, arrancamos a las 10.30 nuestra jornada de esquí hasta cinco horas más tarde. Ya que el puente de la constitución (y macropuente foral en navarra y País vasco) había estado la estación atestada de gente y llovió más que otra cosa, esperabamos más gente, la verdad. Pero no, en ningún momento paramos a hacer cola en las sillas o remontes. Genial.
   Aspecto de la estación desde la cafetería a mediodía

La nieve, bastante dura y con placas de hielo en la parte del Tobazo. Algunas piedras allí y en Tortiellas también. No eran condiciones ideales, pero para ser primer día de temporada y, ya en la zona de la Tuca Blanca, con bastante más cantidad de nieve y algo de Sol hicieron que el día se aprovechara totalmente.

    Dispuesto a empezar la bajada

Esperemos que esta semana nieve lo suficiente y las pistas carguen nieve abundante para el tramo fuerte de la temporada.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Matagalls 1.696 m. (4 de Septiembre de 2.009)

Nunca había estado por los montes catalanes hasta el viernes pasado. Marché el jueves a Barcelona para encontrarme con algun@s amig@s de Calcuta: Uri, Mariona, Cris y Ángela. Los "locales" habían preparado un fin de semana completo. Lo primero que nos ofrecieron a los recién llegados, fueron sus montañas.

Uri, Cris, Mariona y yo llegando a la cumbre

Dirección Norte, ya en la provincia de Girona, y dentro del parque natural del Montseny, se encuentra el Matagalls. A pesar de no ser muy alto, posee unas vistas envidiables de todo el litoral Barcelonés y de las comarcas que lo rodean al ser el primer relieve con el que topamos desde el mar hacia el interior.

Dejamos los coches tras algo más de media hora desde que salimos de Granollers, donde nos alojábamos en casa de Uri y acudieron desde Terrasa y Matadepera Cris y Mariona. Desde la carretera, comienza un camino perfectamente balizado que va ganado altura mediante escalones y adentrándose en un bosque húmedo gracias a las nubes que cargadas de agua en el mar dejan sus primeras gotas en esas laderas.

Ángela y Cris en plena subida

Panorámica del bosque

Uri entre hayas y niebla

A mitad de camino, en un claro, comienzan a divisarse las primeras grandes vistas y una pradera con un monolito en medio de ella para después continuar otra media hora larga hasta la ladera que conduce a la cima, donde el viento, libre de cualquier obstáculo sopla con fuerza. Desde la cima, donde hay una gran cruz, las vistas son increíbles... Descansamos mientras comemos e iniciamos la bajada, durante la cual, la lluvia intermitente y la niebla nos escoltan hasta el coche por un bosque que, en ese momento, parece sacado de un cuento de duendes y magos.

Vistas durante la ascensión del valle de Osona

Los 5 con la cumbre al fondo

Panorámica de las vistas hacia el Norte desde la cumbre
Bonita excursión, fácil, a uno de los picos más míticos de la montaña catalana. Esperamos repetir en invierno, que nevado tiene que ser más espectacular...

miércoles, 3 de junio de 2009

Carrera sin humo - 5 km, 31 de Mayo de 2.009

¿Una carrera? Si, la verdad es que aparentemente, no tiene que ver mucho con la montaña... Pero en fines de semana que no tengo tiempo para escaparme al monte y, que sinceramente, me gusta más ir en invierno, este calor a mi me mata, me gusta andar en bici, jugar al futbol con los amigos... y desde este año, le estoy cogiendo el gusto a correr. Llegar de trabajar a casa entre semana "inquieto", sin mucho tiempo y, teniendo un parque al lado de casa, ayuda bastante a que me ponga las zapatillas y salga a sudar un rato.

Me enteré de que anualmente, sobre todo en primavera-verano, en Zaragoza, ciudad llana donde las haya, se organizan varias carreras populares, es decir, que puede apuntarse todo el mundo... Además encontré una que era sólo de 5 kilómetros, que para empezar en esto, ya vale... cuyo objetivo era la concienciación de la lucha contra "el humo", así que, añadiendo que inscribirse sólo costaba 4€ me animé a probar.

En realidad, tiene truco, ya que algún día, me gustaría hacer carreras de montaña. Pero como aún queda para ese día, empezaré ganando condición física con las urbanas. A ver si el año que viene es la de 10km...


Dejo el link de una galería de fotos de una aficionada que ha colgado varias, entre ellas, la de más abajo en la que aparezco llegando a la meta un poco justo ya...

Invertí 23 minutos y 18 segundos, lo que supone un ritmo medio de 4:39 minutos por kilómetro. El puesto, lo de menos: el 191 de 478 en los resultados generales y el 158 de 339 en los resultados de categoría absoluta masculina. Contando que mi objetivo era no hacer demasiado el ridículo y que al paso por el km3 me entró flato, terminé animadísimo para seguir dándole a esto y en el futuro... ya veremos.

jueves, 12 de marzo de 2009

Moncayo 2.316 m. (24 de Enero y 21 de Febrero de 2.009)

Dos intentos me costó subir el Moncayo en invierno este año. Después de cada uno de ellos, desgraciadamente, tres personas resultaron muertas y una más herida. No es tan fácil subirlo en invierno, como piensa la gente. Sobre todo por ignorancia o inconsciencia, muchos, se aventuran (mal equipados aveces, sin material de seguridad o poco abrigo) por sus faldas sin ser conscientes de que pueden verse sorprendidos por un alud o romperse la placa que en esos momentos pisan, resbalar y precipitarse al vacío o desorientarse por la niebla y caer por uno de los precipicios que salpican sus palas.

Cartel que advertía de los que nos íbamos a encontrar
Sin embargo y lejos de ser atraídos desde su cima por el morbo que estos sucesos lamentáblemente despiertan en muchos curiosos que podías encontrarte por el camino, más pendientes de ver por dónde calló aquel o ese otro, que por la belleza del lugar y lo insignificante que uno se siente frente a semejante escenario, sentir que nunca uno es dueño de si mismo y que ya sea en la montaña, en un viaje por carretera o en la silla de un despacho agobiado por el marrón de turno, podemos dejar este lugar y pasar a la historia... cogemos nuestras mochilas y cargamos no sólo con lo que solemos llevar dentro de ellas.
Panorámica de los Pirineos y valle del Ebro desde un claro del bosque
Volviendo por el bosque tras el primer intento, empezaba a nevar
La vía que elegimos esta vez, es la que parte directa desde el circo de San Miguel, (no el de San Guadosio que es por el que subí en el 2.005) subiendo directos por la pala hasta la cima, llamado "el cucharón".
En el circo de San Miguel, tras decidir darnos la vuelta
Roy, el perro de los dos que se nos unieron en el frustrado intento
El primer intento fue un hasta la próxima. Ese día no se dejó subir más alla del principio de la pala. El viento era fortísimo. Al ir llegando en coche al parking de antes del Santuario, la cantidad de árboles arrancados era grande, algunos evitaron poder continuar y empezamos a andar más abajo de lo habitual. Los molinos de viento que rodean la zona, estaban parados por seguridad (esto ocurre cuando el viento supera los 80 km/h) y las nubes lo cubrían. Más tarde nos nevó de bajada.
Al pasar por el bosque los árboles se movían como si fueran de goma. Pasado este, nada nos protegía y la cima se veía imposible. El viento arrancaba remolinos de nieve desde la cima hacia el cielo. En un momento dado, yo iba detrás de Enrique y al darse la vuelta tuvo que buscarme. El viento me había desplazado horizontalmente unso metros hasta que pude agarrarme a una roca. Literalmente volé y vimos claro que, mejor, volvernos.
Pasadas cuatro semanas, lo volvimos a intentar. Esta vez, las previsiones de tiempo eran mejores, había que aprovechar el anticiclón que nos visitaba por la zona. Nos acompañó Iganacio y elegimos el mismo recorrido.
Al principio del Cucharón con el Pirineo al fondo
En poco más de dos horas desde el bosque, completamos la distancia que nos separaba hasta la cima. Subimos ayudados de bastones y piolets, siempre con los crampones y sin encordarnos, para evitar males mayores en caso de resbalar y arrastrar a algún compañero.

Acercándome a la cima
Superamos la última pala de nieve que estaba estable y no presentaba ningún peligro para alcanzar la última parte del collado que lleva hasta la cima. Ya allí, el viento, solplaba con fuerza y no pudimos quedarnos mucho tiempo, a pesar de ser un día soleado.

Superando la última pala antes de la cima

Tras llegar a lo alto, feliz y satisfecho

Comimos de bajada en el circo y al coche. LLegué a tiempo para el partido que teníamos a las cuatro y media y, después, claro, estaba destrozado, pero aún me tomé unas cañas con Antonio para completar un día de redondo...

Ignacio, Kike y yo en la cima

Foto cimera

Bisaurín 2.669 m. (12 de Julio de 2.008)

Otra vez llega el verano, otra vez me subo a Jaca... pero antes vuelvo a coger el coche con Ramón y al campamento un fin de semana que nos vamos con la idea de subir a desintoxicarme de tanta ciudad y despejar la cabeza.

La peña con vacas a sus pies

No voy a contaros mucho, que es lo de siempre: calor de viernes a las cuatro de la tarde en Julio por Zaragoza, autovía, carretera, bajamos las ventanillas al entrar al valle para oler el aire fresco y especial de la zona... Ya estamos en el campamento.

Saludamos, contamos cómo nos va todo, por allí, todo sigue igual, los de siempre, los chavales, alguna casa de madera más... Cenamos, un patxaran, debate con Aitor, Santi Barruso, Mon y, como no, Miguel Ángel... Yo me retiro al saco prudentemente. Mon, se desapunta y se deja abrazar por esas veladas de campamentos que terminan con el silbato del jefe de día antes de lo deseado, cuando apenas acababas de echarte a dormir...

Primeras rampas de la pedriza

Un paso más estrecho en la pedriza

A las siete de la mañana me planto solo en lizara, se cruza un zorro por la carretera al subir, unas vacas junto al refugio, sólo veo un pastor ya en el fotatón que me dice va a llover y vaya con cuidado. Subo, subo y subo un poco más hasta pasar la pesada pedriza y no se ve la cumbre por las nubes. Me pienso volverme antes de llegar. Nunca había subido ningún monte sólo y, reconozco, me da respeto. Pero bueno, conozco bien el camino y veo a lo lejos que sube más gente. No estará tan mal, pienso, y casi corriendo para volverme cuanto antes toco la cruz de la cima, foto y para abajo que además ha empezado a llover (cuanto saben los pastores) y no quiero patinar como un idiota al bajar la pedriza.

LLegando a la cima

Un poco doblado, la verdad, ya en la cumbre

 
Un poco antes de las diez ya estoy en el coche. Me cambio, me relajo un rato comiendo algo y viendo llover. Al llegar al campamento, estaban con las consignas y trabajos, así que me meto un poquico al saco... Qué gozada! Después algunos al verme salir, pensaban que no había subido porque allí no había dejado de llover todo el rato y era pronto. Una experiencia eso de subir solo...

Ibón de Acherito 1.875 m. (30 de Abril de 2.008)

De puente, con la cuadrilla en Jaca, tiempo de primavera total, ganas de movernos... Al monte, pues!

¿Dónde? Esta vez cambiamos de valle y nos vamos al de Hecho, dejamos los coches por el refugio de Gabardito atestado de gente, normal... Y empezamos a andar por una pista forestal que nos adentrará en el recorrido hacia el Ibón más occidental del Pirineo, rodeado de montes majestuosos (el principal, el Castillo d'Acher con 2.390 m.) como si partes de una corona se tratasen, el ibón de Acherito.

Juan y Félix charlando con lo andado a sus pies

Seguimos la senda que gana altura rápidamente dirección noroeste sobre las primeras rampas del macizo que soporta el circo donde se encuentra el ibón. Las vistas del valle cada vez son más amplias y conforme subimos, podemos contemplar más y más picos hasta que llegamos a la mitad del camino, a una meseta y la vista dominante es casi completa.

Vistas del valle y sus picos

Con Juan justo antes de llegar al ibón

Seguimos caminando, ya en llano, un buen trozo hasta tener que remontar una última ladera que nos dejó en las orillas del ibón, todavía cubierto de nieve. Allí tomamos el Sol, admiramos las vistas, disfrutamos de unas risas entre amigos y decidimos el menú de la cena de la noche. El día de antes, habíamos cenado en el vegetariano que hay en las Tiesas Altas, por la carretera que lleva hasta el valle de Aisa.
Aquí estoy yo al llegar al ibón

miércoles, 11 de marzo de 2009

Valle de los Sarrios e Ibones Viejo y de Estanés 1.754 m. (13 de Julio de 2.007)

El trece de Julio de ese año, salía picando rueda con el coche a las tres de la tarde de la empresa escuchando a Piratas en el cd y tocando el claxon. No era para menos, ¡Empezaban mis vacaciones! Y qué mejor forma de hacerlo, que subiéndome a dormir al ibón de Estanés. A olvidar los jaleos del curro, desconectar de la ciudad, descansar, hacer algo de ejercicio, volver a esos rincones que adornaron los veranos de mi infancia...

Aquí estoy en mitad del valle de los Sarrios

A las cuatro, recogiendo a un par de chavales que subían al campamento, unas gorras y pañoletas (muy típica, la de Ánade, cualquiera que haya estado en los campamentos, lo sabe...) quedamos JJ, Santi, Mon y yo para subir. Qué decir que, como siempre en Zaragoza, llovía fuego del cielo...

A media tarde nos plantamos con algo de prisa, la verdad, en el campamento de Ánade, avisando que no dormiríamos allí hasta el sábado y que nos marchábamos ya a Lizara para empezar a caminar cuanto antes. Aparcamos en el refugio, donde termina la carretera y empiezan tantas historias... Eran las siete de la tarde de uno de esos días largos y de mucha luz.
La tarde caía a la par que avanzábamos por el valle
La "V"

JJ se quedó en el campamento, así que Mon, Santi y yo empezamos a darle y a sudar. Sólo paramos un par de veces, la verdad es que parecía que nos perseguía alguien. En silencio, disfrutando del paisaje, de los cambios de luz, intercambiando miradas con el sarrio guia que nos siguió los dos días, observando los tritones que en los remansos del deshielo nadaban, oliendo el dulzor de la hierba que el calor del día exprimía, llenéndonos los pulmones de aire y más aire, de ese que hay días que te falta y no sabes dónde encontrar. Allí estaba.

Nuestro amigo el sarrio

LLegamos al circo de Bernera, atravesando el camino que custodian Bisaurín y Peña Mediódía ganando la altura necesaria para dejar atrás el comienzo del valle de Aragüés. Luego continuamos por el valle de los sarrios llaneando hasta la "V" donde tomamos el camino de la izquierda y que te deja sobre el Ibón.

Con Santi en el circo de Bernera
Atardece en el Pirineo
Todavía no eran ni las diez de la noche y algo de luz nos permitió montar la tienda sin problemas. Quizás un poco pequeña para tres maromos como nosotros, ¿Verdad Ramón? Estuvimos hablando de lo humano y de lo divino, abrigados, viendo cómo las aguas del Ibón se convertían en un segundo cielo estrellado, aún más bonito que el de arriba. Cenamos, nos acomodamos y me quedé dormido ocho horas, como no lo hago en Zaragoza, cosas que pasan.
Ramón antes de bajar al ibón

El ibón por la mañana
Recogiendo las cosas

El espejo del ibón

En la pradera del campamento, al volver
A la mañana siguiente, poca historia. En cuanto a novedad se refiere, claro. Otro día magnífico, que me permitió pegarme un baño en el Ibón Viejo a la vuelta. Desayunamos, recogimos todo sin dejar rastro y con nuestro amigo el sarrio emprendimos el regreso.

Esa tarde ya en el campamento, llovió a mares, hasta el domingo... Alguien nos reservó 24 horas para empezar bien mis vacaciones. Pasamos el día en el campamento, echando una mano y disfrutando del Pirineo antes de volver a Zaragoza, autobús a la playa y una semana después para Jaca...