lunes, 23 de febrero de 2015

Volver

Volver es uno de los verbos más empleados entre los escaladores. Siempre se está volviendo, de vuelta... Bien sea a un proyecto pendiente, a entrenar o, como es el caso que nos atañe, de una lesión.

Si bien hay muchas dimensiones en la escalada: la social, la de los valores, la del contacto con la Naturaleza... Hay dos que predominan y que como en otros deportes destacan: la física y la psicológica.

Si bien en la primera no he sido bendecido con los dones de fuerza, salud y/o aptitudes naturales para la práctica de esta modalidad deportiva, en la segunda me he visto dotado de una fuerza nada despreciable. Y es que pese que incluso algún médico me llegó a decir que no podría volver a escalar (otros me dijeron lo contrario), haber pasado por la mesa de operaciones y convivir con una artritis reumatoide, puedo decir con orgullo que siempre he vuelto. Y más fuerte que la anterior vez.

Así que aquí estamos, volviendo por enésima vez. Lo cual, según lo anterior, es positivo ya que quiere decir que vuelvo más fuerte.

Esta vez, se ha tratado de una micro rotura en el flexor del anular izquierdo. Está visto que mis fibras tendinosas no son de lo mejorcito que hay por ahí. Aunque también es verdad que este tipo de lesiones, son frecuentes en escaladores...
 Anatomía de un dedo cualquiera. Sus entresijos...

 Hace cosa de un mes, haciendo bloque en el tablón con Vane-superVane note un crack en el dedo e inmediatamente se me inflamó. El dolor apenas remitió, pero intenté seguir entrenando suave hasta el domingo siguiente en Vadiello, donde tras calentar volví a notar el crujido y me di cuenta de lo que había... Reposo activo por el tablón (lo que se podía), gimnasio y salir a correr hasta que después de la cita con el traumatólogo, hoy lunes, he empezado la rehabilitación.



















baños de contraste con flexiones del dedo


ultrasonidos, masajes y corrientes para disminuir la inflamación y recuperar el tendón

Ya estoy de vuelta. Ya queda un día menos para estar ahí con mis miserias y alegrías a pie de vía, con la piel dolorida en el tablón, dejando de un lado por unos intantes los jaleos del día a día y echando unas risas con los compañeros mientras las ganas e ilusiones por los proyectos pendientes siguen intactas.